Una de las mayores reclamaciones de la comunidad académica y científica era acabar con la falta de planificación y regularidad de las convocatorias de contratos y proyectos de investigación. El pasado día 3 de junio se anunció la Planificación de Convocatorias de la Agencia Estatal de Investigación, donde se ofrecía un calendario para que los investigadores pudiesen conocer por
adelantado las fechas de las próximas convocatorias de contratos y proyectos de investigación. Esto es especialmente necesario en el caso de los investigadores postdoctorales, ya que la falta de contratos indefinidos y los largos periodos de desempleo entre los contratos temporales afectan no solo a su vida laboral, sino a la posibilidad de que tengan una residencia habitual y formen una familia.
Pero la Agencia Estatal de Investigación ha tomado una maravillosa idea que venía demandando la comunidad investigadora desde hace décadas y la ha llevado a cabo con una pésima ejecución. Por ejemplo, mientras la Juan de la Cierva 2016 se solicitaba en enero de 2017 y se resolvía provisionalmente en junio de 2017 con apenas seis meses de diferencia, con el nuevo calendario las futuras convocatorias de Juan de la Cierva y Ramón y Cajal de 2019 se solicitarán en diciembre de 2019 y se resolverán prácticamente un año entero después, en noviembre de 2020. Esto quiere decir que la excusa de incluir un calendario de convocatorias ha sido usada muy torpemente por el Ministerio para alargar hasta el doble de tiempo los plazos de resolución de las convocatorias y fomentar así la precariedad de los investigadores postdoctorales, ya que cuantos mayores son los los tiempos de resolución de las convocatorias, mayores serán los períodos de espera y desempleo entre la finalización de un contrato y el inicio del siguiente. El Ministerio de Duque ha querido colgarse una medalla con los investigadores postdoctorales y ha acabado poniéndonos más palos en las ruedas de nuestra ya de por sí rocambolesca y tortuosa carrera laboral.
Desde la Federación de Jóvenes Investigadores tenemos claro cómo solucionar esto. El año pasado presentamos al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades el informe “Hacia una Carrera Investigadora en España. Medidas urgentes a corto y medio plazo” donde ofrecíamos una propuesta de Programa Estatal de Carrera Investigadora en la cual, entre otras ventajas, los investigadores fuesen evaluados al final de su contrato y que con una evaluación positiva fuera suficiente para que se les ofreciese el siguiente contrato. Así, los contratos postdoctorales se encadenarían automáticamente tras una evaluación exitosa, lo cual minimizaría el período de desempleo entre contratos.
Asistimos con perplejidad a una implementación penosa y torticera de lo que debería ser una medida de gran ayuda dada la precariedad y temporalidad de los contratos. Esperamos que en el futuro el Ministerio en funciones de Duque deje de darnos sorpresas desagradables a los jóvenes investigadores y empiece a darnos alguna alegría más. Aunque acogimos con entusiasmo la creación de un Ministerio de Ciencia (que entendíamos que ponía de relieve la necesidad de prestar más atención al sector), hasta ahora las expectativas de mejora de las condiciones salariales y laborales de los postdocs no se han visto cumplidas.