En Abril de 2012, preocupados por la situación de la ciencia española ante los recortes que anunciaban los primeros borradores de Presupuestos Generales del Estado, más de 27.000 científicos firmaron la Carta por la Ciencia, promovida por la Confederación de Sociedades Científicas Españolas (COSCE), la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE), la plataforma Investigación Digna, la Federación de Jóvenes Investigadores (FJI/Precarios), CCOO y UGT. La carta también fue apoyada por las principales organizaciones y asociaciones de los sectores involucrados en la investigación. Esta carta fue entregada en Presidencia de Gobierno y el Congreso de los Diputados. Unos días después la realidad superaba los peores presagios al conocerse el tremendo recorte, superior al 25%, que los PGE de 2012 asignan a la I+D.
Durante todo el todo trámite parlamentario el colectivo promotor de la Carta hemos mantenido reuniones con todo el arco parlamentario, tanto en el Congreso como en el Senado, defendiendo con una sola voz cuatro enmiendas: atención a los RRHH en I+D, aumento de las cuantías para el Fondo Nacional de Investigación, mantenimiento de las condiciones de uso de los fondos del CDTI y creación de la Agencia Estatal de Investigación (AEI).
El resultado no es especialmente halagüeño: la mayoría parlamentaria tan sólo ha aceptado la tasa de reposición del 10% para el personal investigador de los OPIS, que esperamos sea también de aplicación en las Universidades, y la posibilidad de creación de la AEI. Dicho de otro modo: España perderá el 90% del personal que se jubile este año en el sistema de Ciencia, todos los investigadores (Juan de la cierva, Ramón y Cajal y similar) que no logren la estabilización dentro de ese 10% y el 100% del personal técnico y auxiliar.
Los recortes, que comenzarán a aplicarse de manera inmediata con estos presupuestos, afectarán a los proyectos y líneas de investigación existentes, tanto a corto como a medio y largo plazo. Su efecto será todavía más notable y dramático sobre las personas involucradas en la investigación de este país, con una mayor incidencia en los sectores más jóvenes. En un sistema cada vez más envejecido, estos jóvenes son esenciales para la calidad y excelencia de nuestra ciencia pero se verán abocados, de manera irremediable, a un éxodo imparable hacia otros países que se beneficiaran de su formación y capacidad a la hora de competir por los recursos a nivel internacional.
Cuanto más dura es la crisis, nos resulta más evidente que el futuro de España, y de la UE en su conjunto, debe basarse en el conocimiento y la innovación, tal y como lo recogen las sucesivas iniciativas y declaraciones de las instituciones europeas, en particular en el contexto del Horizonte 2020. Por ello, hace unas semanas enviamos una carta a los parlamentarios europeos alertando de la situación y solicitando unas directrices generales europeas acordes a la importancia que las instituciones europeas confieren a la I+D+i. Seguiremos señalando con tenacidad y objetividad los efectos de esta incomprensible sequía presupuestaria en la I+D+i española.
Esperamos que los presupuestos para el año 2013 sean la oportunidad de hacer una apuesta clara y decidida por la Investigación y el Desarrollo, que vea a ésta como una inversión para el progreso y no como una partida de ahorro.
Las organizaciones convocantes, la Confederación de Sociedades Científicas Españolas (COSCE), la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE), la plataforma Investigación Digna, la Federación de Jóvenes Investigadores (FJI/Precarios), CCOO y UGT, seguiremos siempre dispuestos a colaborar por estos objetivos e instamos al Gobierno a empezar a trabajar por ellos de manera conjunta y desde este mismo momento de cara a los próximos presupuestos.