Desde hace más de dos décadas venimos denunciando desde FJI-precarios la inexistente estructura de la carrera investigadora en España. Lejos de ser un camino consistente, está basada en una serie de contratos temporales que alternan con periodos en blanco, en el extranjero, o en la cola del paro. Todo eso hace que el personal investigador postdoctoral se pase mínimo 10 años enganchando contratos temporales si consigue todas las oportunidades que le brindaba el Ministerio de Ciencia (dos contratos Juan de la Cierva y uno Ramón y Cajal), eso sin contar el desempleo y el exilio científico. Por eso, cuando en las convocatorias postdoctorales del año pasado anunciaron que se eliminaba la ayuda Juan de la Cierva Incorporación para aumentar las plazas de las ayudas Ramón y Cajal, abriendo un turno o bolsa de jóvenes doctores/as no podíamos creerlo: los/as investigadores/as jóvenes que consiguieron la Ramón y Cajal podrán realizar 7 años de postdoc en lugar de 10 o más hasta la estabilización. Sin duda, fue un avance que permitió hacer más cercana la posibilidad de que los/as jóvenes investigadores/as puedan tener una vida normal y una seguridad como demanda su trabajo y merece su formación. Con ello, se eliminó por innecesaria la ayuda Juan de la Cierva Incorporación (contrato de 3 años de duración para doctores/as en etapa intermedia), que servía de puente entre la Ayuda Juan de la Cierva Formación (2 años de duración para doctores/as jóvenes) y la Ramón y Cajal (5 años de duración para doctores/as senior): así es como se bajó de 10 años a 7 años de contratos postdoctorales ofertados por el Ministerio de Ciencia. ¡Se recortaban 3 años de inestabilidad y de precariedad de golpe! Los/as actuales postdoctorales sintieron que tenían más probabilidades de estabilizarse antes y formar una familia o tener una vivienda habitual, y los/as predoctorales no miraban la etapa siguiente como un pozo sin fondo de dudoso fin.
Pero el espejismo del progreso en nuestras condiciones laborales ha durado bien poco: en la nueva convocatoria se ha eliminado el turno o bolsa de jóvenes doctores/as. Se ha hecho por decisión unilateral y sin consultar al sector afectado. No ha habido explicación razonable del Ministerio para dar cuenta de este retroceso en derechos y oportunidades. No se puede comprender cómo se ha tirado por la borda un avance como éste, y más aún tras los múltiples anuncios desde el Ministerio de dotar a los jóvenes investigadores de una “carrera estable y predecible”1
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. Pero esto no es lo peor: esta gran decepción no supone volver a la situación de 2020, sino que ha empeorado las condiciones todavía más, porque ha eliminado el turno de jóvenes doctores/as sin reponer la ayuda Juan de la Cierva Incorporación, con lo cual el personal postdoctoral que se ha doctorado en los dos últimos años encuentra un doble obstáculo. Por un lado, el cambio repentino de criterio del Ministerio de Ciencia en relación a las ayudas postdoctorales supone una dificultad añadida al diseño de una carrera científica y personal. No se puede elegir cuál será tu siguiente paso laboral si te cambian constantemente las reglas del juego.
Por otro lado, esto significa que los doctores más jóvenes van a tener que competir con doctores de hasta diez años de experiencia, dado que este es el límite superior de estas ayudas Ramón y Cajal.
Básicamente, la eliminación conjunta de la bolsa de jóvenes doctores en la Ramón y Cajal y la Juan de la Cierva Incorporación deja al personal investigador postdoctoral sin la etapa intermedia entre el postdoc junior y el senior, lo que para el personal investigador significa dos cosas: o un exilio científico al extranjero o una invitación a abandonar la ciencia y engrosar la cola del paro. No contentos con esto, el programa postdoctoral Ramón y Cajal ha reducido sus fondos en comparación con el año pasado en un 17,4%, disminuyendo el número de ayudas de 647 a 494 y dejando así fuera de la carrera investigadora a más de 150 investigadores.
Con este panorama, la situación de las oportunidades postdoctorales en España ha empeorado porque han generado un agujero negro entre la etapa junior y la senior que nos expulsa al extranjero o al desempleo.
Ante esto, desde FJI-precarios nos vemos forzados a exigir al gobierno la restauración del turno o bolsa de jóvenes investigadores/as en la ayuda Ramón y Cajal de la presente convocatoria así como un aumento de las plazas ofertadas.
Y tampoco podemos dejar de reclamar que por fin se elabore el estatuto del personal de investigación, que entre otras cosas proteja los salarios y las condiciones laborales de los investigadores postdoctorales. Después de este cambio de estrategia, no podemos confiar en la “buena voluntad” de este Gobierno o de los gobiernos venideros.
Además, desde FJI-precarios hacemos un llamamiento a todo el personal postdoctoral y predoctoral para que contacte con nosotros: buscamos unidad y coordinación para organizar diversas acciones encaminadas no solo a la recuperación de la bolsa de jóvenes doctores en la Ramón y Cajal, sino además a la mejora general de nuestras condiciones salariales y laborales. No permitiremos que nos obliguen a dar ni un paso atrás en todos los avances conseguidos.
24 de diciembre de 2022
Federación de Jóvenes Investigadores