El exiguo control que las diferentes administraciones ejercen sobre los centros de investigación se hace patente, como se ha mencionado con anterioridad, en los frecuentes casos de plazas de investigador otorgadas a los candidatos que han trabajado anteriormente en el centro o departamento (endogamia), aunque haya otro candidato externo con más méritos (Bosch, 1998; Corruptio, 2007). La selección de candidatos, sería más objetiva si los centros y departamentos fueran evaluados periódicamente de modo externo e independiente, centrándose en la calidad de la investigación (García y Sanz-Menéndez, 2005) y haciendo depender del resultado de la evaluación buena parte de la futura financiación del grupo. Un buen ejemplo son los planes estratégicos de los grupos y centros del CSIC, evaluados por parte de comisiones externas que incluyen a investigadores extranjeros; Si esta evaluación se ha realizado correctamente y tiene reflejo en el futuro reparto de recursos, debería ayudar a incrementar la productividad de los mejores grupos e incentivar a los no tan buenos a mejorar su rendimiento, gestionando mejor los recursos, contratando personal más cualificado, etc.