Desde la Federación de Jóvenes Investigadores (FJI/Precarios) hemos desarrollado un informe titulado “Hacia una carrera investigadora en España. Medidas urgentes a corto y medio plazo”. El objetivo de este informe consiste en ofrecer una serie de propuestas que solucionen los profundos problemas de los que adolece la carrera investigadora en España. Para ello nos hemos centrado en el diseño de carrera investigadora que se propone desde los contratos postdoctorales ofrecidos por el estado, principalmente los contratos Juan de la Cierva y Ramón y Cajal.

Hemos identificado seis principales problemas relacionados con el normal funcionamiento de la carrera investigadora: (1) no existen suficientes contratos postdoctorales para retener el talento que se genera en España y atraer talento extranjero (cada año el estado oferta 2000 contratos predoctorales frente a únicamente 625 postdoctorales); (2) los criterios de evaluación que figuran en las convocatorias de estos contratos son opacos, pues no ofrecen valoraciones específicas para cada tipo de mérito en función del área de investigación, lo cual produce una desorientación en el solicitante ya que no sabe qué méritos ha de conseguir para obtener un contrato de investigación; (3) los méritos de internacionalización no están claramente definidos, lo cual fuerza a los investigadores a emigrar sin saber cuánto tiempo tienen que estar fuera para conseguir un contrato de investigación; (4) el salario mínimo exigible para los investigadores en esos contratos se ha congelado desde 2011, disminuyendo su poder adquisitivo, tal y como señalamos en nuestro anterior informe; (5) los contratos ofertados son todos temporales, de duración escasa, con períodos de desempleo entre ellos y sin garantía total de estabilización, lo que lleva a los investigadores a pasar diez años saltando de contrato en contrato o a desarrollar su carrera fuera de España; (6) toda esta precariedad salarial, laboral e investigadora tiene graves efectos en la vida personal de los investigadores, impidiéndoles formar un núcleo familiar con una residencia estable. En definitiva, todos estos defectos hacen que la situación actual de la carrera investigadora sea muy deficiente, repercutiendo de manera negativa en la calidad de la investigación y en la vida personal de los investigadores, que son profesionales que han estado previamente formándose al más alto nivel durante casi una década si contamos los estudios de grado, máster y doctorado.

Nuestra propuesta es la de ofrecer un modelo que, respetando el normal funcionamiento de las convocatorias actuales de contratación, introduzca pequeños cambios que resulten esenciales para acabar con los principales problemas señalados. Por ello proponemos la creación de un Programa Estatal de Carrera Investigadora (PECI) consistente en la unificación de los distintos programas actuales del plan nacional (Juan de la Cierva Formación, Juan de la Cierva Incorporación y Ramón y Cajal) en un único programa con distintos contratos. La innovación se basa en facilitar la continuidad de la carrera investigadora sobre la base de la contratación automática. Esta contratación estaría regida por un sistema de evaluación de méritos que sea objetivo y transparente, con puntuación desglosada tipo de mérito y área. Una vez superada exitosamente la evaluación final del contrato final (Ramón y Cajal) la persona investigadora ha de ser contratada indefinidamente. Estos cambios burocráticos, junto con el aumento de la financiación en investigación en los capítulos de los PGE dedicados a subvenciones (y, por lo tanto, ejecutables para contratación de personal y financiación de proyectos de investigación), serían de gran ayuda para solucionar los principales problemas de la actual carrera investigadora.

Las ventajas de nuestra propuesta son las siguientes: acabaría con el reducido número de contratos postdoctorales frente a los predoctorales, con la falta de planificación de las líneas de investigación y la falta de horizonte laboral de los investigadores, con la indefensión del investigador frente a unos criterios de evaluación actualmente opacos, con el descenso del poder adquisitivo de sus salarios y con los problemas de conciliación familiar derivados de todo lo anterior. En definitiva, nuestras propuestas permitirían que la ciencia y la investigación recuperen el protagonismo que se merecen y que caminemos hacia un país basado en la ciencia y el conocimiento.

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