ICI: Evaluación de los investigadores
Hola
Pasadas las movilizaciones, lanzamos uno de los últimos debates del ICI, que en principio estará abierto hasta el 29 de junio. Este es probablemente uno de los temas más importantes del ICI, ya que muchas de las cosas que se han hablado antes llevaban la idea de una evaluación. Ahora toca definir cómo debe ser esta.
Pego debajo el apartado de propuestas de evaluación de los investigadores en su estado actual.
Si tenéis comentarios, por favor responded a este post o en este hilo de la lista de correo Estatal: http://es.groups.yahoo.com/group/precarios-estatal/message/57706
http://www.precarios.org/ICIb-Evaluaci%C3%B3n+de+los+investigadores&structure=InformeCIbeta
3.11 Evaluación de los investigadores
En la actualidad, sólo el personal funcionario o con contrato indefinido tiene la posibilidad de solicitar una evaluación. Además, esto es posible solamente cada seis años, de manera que en caso de que ésta sea positiva obtienen como máximo un sexenio. Este sistema de evaluación debe ser modificado, de tal manera que se pueda evaluar al investigador durante toda su carrera investigadora y graduar la evaluación en base a la calidad y al impacto de la investigación realizada en cada momento.
Para ello, se debería tomar como unidad una estimación de la productividad (siempre medida en base a su calidad e impacto) en un período determinado, que no tendría por qué coincidir necesariamente con una duración determinada en el tiempo. La producción requerida para cada unidad se debería establecer para cada área y subárea de forma específica, pudiendo corresponderse con la exigida actualmente para la obtención de un sexenio de investigación. Para la FJI-Precarios, todos los investigadores, independientemente del carácter de su contrato y de la ubicación, deberían ser evaluados sin tener que esperar un tiempo determinado para ello, de modo que sea el propio investigador el que pueda fijar el tiempo transcurrido entre evaluaciones. En un mismo período de revisión un investigador puede merecer una o varias “unidades de producción científica”. Este número debería servir para ajustar el salario del investigador en las modalidades de contratación en las que así se especifique, y para regular la posibilidad de participar, en calidad de tribunal, en determinados procesos de evaluación.
En la evaluación se debería contabilizar no sólo el número de publicaciones, sino el índice de impacto de la revista, su posición respecto a otras revistas de la misma categoría, el número de citas y otros parámetros adecuados al área de conocimiento correspondiente. Además, se deben valorar las patentes, la movilidad entre centros y áreas, la organización de congresos, la calidad de las tesis doctorales dirigidas, la obtención de proyectos, el inicio de nuevas líneas y grupos, etc. Estos criterios se deberían ajustar al área y subárea, ya que los criterios adecuados o la producción científica no tienen porqué coincidir entre ellas. Se debería tener muy en cuenta el tiempo en que el candidato ha obtenido dicha producción, ya que el uso de criterios absolutos perjudica a los investigadores jóvenes y no favorece la investigación de calidad.
La actividad docente y profesional debe tenerse en cuenta en estas evaluaciones. La docencia se valorará atendiendo no a la cantidad de horas impartidas, sino a su calidad y relación con la actividad investigadora. No se debe penalizar una reducción de la producción investigadora a causa de la actividad docente a menos que el impacto sea considerable o demasiado prolongado. Aparte, se deben valorar aquellas actividades dedicadas a la divulgación científica. Las interrupciones en la actividad investigadora resultantes de otras actividades profesionales relacionadas con la investigación o la gestión de la investigación deben ser valoradas. Sin embargo, la actividad docente o profesional no puede compensar una deficiente evaluación de la actividad investigadora.
Una evaluación de los investigadores externa e independiente, sin la necesidad de tener un determinado tipo de contrato, ayudará a la adecuada resolución de convocatorias de proyectos, contratos, plazas, etc.