Debate sobre nuevo baremo RyCajal 2013. ¿Propuestas de cambio?
Queridos foreros/as:
Tras consultar con xalvarez, he creído oportuno abrir un hilo para debatir el asunto del nuevo baremo que rige en los Contratos del Programa Ramón y Cajal. Así le damos mayor visibilidad al tema y vemos qué va opinando la gente. Por otro lado, sería bueno irlo planteando ya, antes de la resolución de la RYC 2012, sea cual sea el resultado obtenido ahí por cada uno de nosotros. Tras una resolución, parece que todo está marcado por la frustración y la discusión puede que resulte más confusa.
Entonces considero que sería bueno empezar a debatirlo ya objetivamente para ver si, llegado el caso, se le puede hacer llegar a la Secretaría de Estado nuestra postura y, al menos, poder cambiar algo de cara a la convocatoria RYC 2013, si la mayoría lo cree pertinente.
La idea es sondear la opinión de todos, recoger propuestas o sugerencias, comparar el baremo anterior con el actual, etc…
Para resumir el estado de cosas y poner un poco en antecedentes, pego aquí un texto que resume algunos puntos sobre el particular.
Ahora que estamos en pleno proceso de revisión y evaluación de los contratos Ramón y Cajal 2012, quisiera hacer unas observaciones sobre el flamante baremo introducido en la última convocatoria. En principio, el cambio parece bienintencionado y obedecería, según parece, a paliar las carencias del baremo anterior (si recordamos, 80 puntos para el CV del candidato y 20 puntos para el proyecto presentado), tachado de injusto en su momento. No obstante, creo que lo vamos a echar de menos porque parece más equilibrado que el actual.
Se podrá decir que el nuevo afina más en la puntuación al tener más apartados, pero dos de los más importantes son realmente desconcertantes. Nos topamos ahora con que son varias las instancias de evaluación que, bajo mi punto de vista, difuminan mucho los méritos personales del investigador solicitante y privilegian apartados bastante “vagos” cuando no desiguales según área de estudios.
Me explico. Parece injusto conceder la friolera de 25 puntos (sobre 100) a “participación/dirección en proyectos europeos o internacionales previamente financiados”, e incluso a haberlos dirigido, algo que se antoja muy difícil para muchos a estas alturas aún de nuestra carrera.
¿Y qué pasa con los de Humanidades? Este área de conocimiento, por su naturaleza, no se desarrolla en ese circuito de cooperación en proyectos, organismos o laboratorios internacionales, con lo cual se hace poco menos que imposible para los investigadores en Humanidades (e incluso ciertos sectores de las Ciencias Sociales) poder llegar a sumar algún triste punto en tal apartado, acarreando su práctica exclusión del concurso.
Creo que, como sucede por ejemplo con los baremos para las acreditaciones de ANECA, debería haber alguna diferenciación en la ponderación de las distintas ramas del saber, pues cada una de ellas tiene su propia idiosincrasia y no puede evaluarse todo con un único baremo como si fuera un rodillo. Desde luego ese rodillo pasa como una apisonadora por encima, sobre todo, de los de Humanidades y Ciencias Sociales. En ese sentido, si los señores/as gestores del Programa quieren exterminar –académicamente hablando- la investigación en esas áreas del conocimiento, que nos prohíban presentarnos y ya está. Sería una solución drástica, pero desde luego más transparente y menos cínica que la actual. Todo esto parece una excusa clara para fulminar candidatos de esos campos, dar un contratillo o dos por área y se acabó, teniendo en cuenta que deben alcanzarse 85 puntos como mínimo.
Pero ¡ojo!, más allá de lo anterior, que afecta a un sector, hay otro apartado aún más delirante si cabe, y éste nos afecta a todos: los 20 puntos que otorga al candidato una comisión mixta (por lo tanto ajena a tu campo de estudio específico). En efecto, la traca final es ese último apartado consistente en que, tras pasar por los rodillos anteriores, una comisión mixta, por tanto, no experta en tu rama específica de conocimiento, insisto, no experta, ha de juzgar algo tan etéreo como “tu capacidad de liderazgo” con arreglo a unos criterios más que dudosos como tu edad o el impacto internacional de tu labor, que ya habrán juzgado antes en el apartado de publicaciones.
Creo que es muy arbitrario y se pliega a las puntuaciones más inesperadas, no solo porque lo del “liderazgo” sea de por sí muy elástico, sino porque te evalúa gente que no puede ponderar realmente el valor de tus méritos específicos.
Es decir, la quinta parte del global (20 ptos) dejada casi al azar de que alguien externo a tu disciplina pueda entrever, no se sabe bien cómo, tu “capacidad de liderazgo”.
En el fondo, todo este esquema responde a la forma de gestionar la investigación (y otras cosas) en este país: cambiarlo todo en la forma para que el fondo siga siendo el mismo. Cambiar unos baremos que daban problemas por otros actuales tanto o más opacos, con algunos apartados que parecen más terreno abonado para la arbitrariedad que para la transparencia pretendida.
En definitiva, con este baremo da la sensación de que un candidato, con el mismo CV, puede terminar con 55 puntos o con 85 bien a gusto en función de en qué manos caiga el expediente. En ese sentido, el otro baremo era más homogéneo y se prestaba menos –también, pero menos- a la cacicada.
No sé qué os parece el apartado que concede 15 puntos a las estancias de investigación.
¿Y el hecho de poner el tope en 85 puntos para poder obtener un contrato?
En fin, suerte a todos y todas y ánimo, pese a que sean estas las reglas del juego.
Se agradecerá cualquier comentario. A ver si podemos llegar a alguna conclusión, o fijar alguna postura para hacérsela llegar a la Secretaría de Estado. Ya que el estropicio de 2012 está consumado, intentemos mejorar la convocatoria próxima. O que al menos no sea tan descabellada.
Saludos