Investigar es trabajar
Jóvenes investigadores en lucha
Investigar es trabajar
El movimiento de Jóvenes Científicos Precarizados (JCP) de Rosario se manifestó en reclamo de mejoras salariales y por el reconocimiento de sus derechos laborales. El grupo de becarios de organismos de investigación científica, en su mayoría del Conicet, dio visibilidad a las precarias condiciones de trabajo y además pidió discutir las políticas científicas del país. enREDando charló con ellos.
“La movida se inscribe en una necesidad que tiene que ver con la coyuntura de todos los años que es el tema salarial, como a cualquier otro sector de trabajadores el efecto negativo de la inflación afectó nuestros estipendios (salarios). Aunque las actividades siempre las pensamos como una forma de multiplicar y difundir lo que es la problemática de los becarios del Sistema Científico y Técnico”, nos cuenta Mario Bortolotto, cuyo doctorado se inscribe en la facultad de Ingeniería.
La movilización del grupo de investigadores becarios se realizó el jueves 3 de junio en la intersección de las peatonales Córdoba y San Martín, allí, una vez más hicieron visible la irregular situación que los atraviesa, a través de una volanteada y del diálogo con la gente, corriéndose del hermetismo que en general los coloca en un lugar de privilegio y escindido de las problemáticas cotidianas.
Los reclamos puntuales por los que salieron a la calle son: aumento salarial del 30%, pago del aguinaldo en junio (como el resto de los trabajadores), implementación de un nuevo Régimen Laboral (obra social, aportes jubilatorios, vacaciones, etc.), y estipendio de becas y sueldos para asistentes de investigación acordes al trabajo realizado. Entre las condiciones que establece el Reglamento de Becas, durante la investigación los becarios deben tener una dedicación full time (40 horas semanales), no pueden tener otro trabajo, excepto un cargo simple en la Universidad.
El movimiento de Jóvenes Científicos Precarizados (JCP) fue creado en el año 2005, durante un Plenario de Nacional de Becarios del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), y tiene representación en las provincias de Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba, Río Negro, Tucumán, La Pampa y Mendoza.
Mario, que además es delegado del grupo de becarios del Conicet nucleados en ATE, destaca que a través de estos años de militancia han logrado que se les reconozca un adicional por obra social que incluye a la pareja e hijos, la licencia por maternidad (no paternidad), y algo similar a las vacaciones, que son 30 días de licencia por año, que las autoriza el director de cada becario. “Son cambios importantes, pero falta una regularización general, que las cosas no queden libradas a la buena voluntad o predisposición de quien decide”, opina.
Durante la jornada de protesta realizada en Rosario los más de cincuenta compañeros lucieron la remera amarilla que los identifica y en la que puede leerse la consigna INVESTIGAR ES TRABAJAR.
“Es una consigna más hacia adentro que para afuera, la ciudadanía en general nos reconoce como trabajadores. Lo muchas veces pasa es que hasta al mismo docente universitario le cuesta concebirse como Trabajador de la Educación, imaginate en el ámbito de la investigación, que podés estar encerrado en un laboratorio haciendo ciencia, y de algún modo pensar que sos un erudito. Esa concepción es casi medieval pero existe. Somos trabajadores, y como tal queremos que se reconozcan nuestros derechos”, afirma Mario.
“Acá en Rosario nos definimos como Jóvenes en Formación, porque queremos que se nos reconozca legalmente como tal. Estamos peleando porque se apruebe el proyecto de ley en el Congreso y así poder regularizar la relación de dependencia entre el investigador en formación y la entidad financiante”, nos explica, agregando que el proyecto ya fue presentado en el Congreso hace dos años y que debido a la falta de tratamiento perdió estado parlamentario. Esta vez lo ingresaron a través de la Cámara de Senadores.
“Es muy fuerte el lobby de la corporación científica de los investigadores, que es parte del sector privado, el gran beneficiario de lo que se produce científicamente en Argentina. Porque la beneficiaria no es la población, sino las empresas privadas”, reclama Bortolotto. En este sentido, además del reconocimiento laboral, el movimiento JCP viene exigiendo que se abra el debate en torno a las políticas científicas vigentes en el país, así como la democratización del Sistema Científico.
http://www.enredando.org.ar/noticias_desarrollo.shtml?x=58812