Investigar, un camino lleno de baches
Investigar, un camino lleno de baches
El diseño de la carrera científica se presenta como uno de los ejes de la futura Ley de la Ciencia -Los expertos tachan el texto de la ministra Garmendia de "inmovilista y de poco pretencioso"
Uno de los grandes retos de la futura Ley de la Ciencia, que el Gobierno piensa aprobar este mismo año, es el diseño de la nueva carrera investigadora que aporta como especial novedad el relevo de las becas por contratos laborales para los científicos en formación.
Entre el colectivo de profesionales canario circula una brisa expectante, pero también de cierta frustración con el borrador que muchos tachan ya de "inmovilista y de poco pretencioso".
Para el presidente de la Junta de Personal Docente e investigador de la Universidad de Las Palmas, Santiago Rodríguez, el texto choca con la dura realidad científica del día a día, "ya que le falta concreción, no va acompañada de un sistema de financiación y margina a la Universidad frente a los organismos públicos de investigación".
La nueva carrera no parece que vaya a brindar a los jóvenes mejores perspectivas, advierten los especialistas, "ya que las nuevas figuras de contratos de formación que aparecen reflejadas en el documento, como son las pre y posdoctorales, exigen de las universidades una subvención específica para hacerlas efectivas, al margen de su presupuesto interno, y eso no siempre se consigue", asegura Santiago Rodríguez.
El catedrático de Zoología Santiago Hernández coincide con Rodríguez en que "el sistema da poca oportunidad a las universidades para hacerse con equipos estables y para atraer a buenos científicos". Hernández invita a fijarse, por ejemplo, en lo que hace Cataluña, "que ficha a gente muy buena con ganas de producir, y a ésta a su vez se le incentiva con dinero para investigación y para grupos de trabajo permanente".
Hernández León reflexiona con otro ejemplo: "¿A qué se debe el gran éxito del Fútbol Club Barcelona? Pues a una excelente gestión que le permite contratar a los grandes jugadores del mundo, a los de la élite, que son los que marcan más goles y hacen vibrar a toda una afición". "Esto", destaca, "revierte en el club con mucho dinero porque atrae publicidad, la gente llena los estadios y las televisiones compiten por retransmitir los partidos", recuerda.
Las universidades -donde se realiza el 70 % de la labor investigadora- deben hacer algo parecido, afirma. "Tener altura de miras y apostar e invertir en los mejores profesionales si se quiere un sistema científico puntero, clave para el futuro desarrollo de un país", dice el profesor.
Al contrario que en otras profesiones, en la actualidad, ser científico impone pasar buena parte de la vida profesional con inseguridad. Mientras las reglas de acceso a otras carreras son claras, "el científico depende, a veces de que se le admitan proyectos, de buscar ayudas y de superar infinidad de obstáculos; y este borrador no parece que allane el camino", afirma Daniel Montero, del Instituto de Ciencias Marinas.
SACRIFICIO. Los expertos aseguran, además, que la ciencia "es competitiva" y Hernández añade: "Esta carrera requiere mucha entrega y sacrificio si se desea estar en primera línea, entre los mejores", al estilo de los de alto rendimiento deportivo, insiste el catedrático de Zoología, para quien esta ley pasa como de puntilla sobre problemas de fondo que arrastra de lejos la Universidad. "Me temo que al final las cosas se van a quedar como están", sostiene.
La futura ley, que sustituirá a la de 1986, prevé aportar más estabilidad a través de contratos, algo que en principio se valora como positivo.
"En ciencia, al comienzo se debe vivir de contratos con evaluaciones periódicas sobre eficacia y productividad, para acabar en un régimen de funcionariado", que, lejos de tópicos, dice, "proporciona seguridad. Algo importante, ya que en el trabajo científico la estabilidad es la que hace arriesgar en ideas, y éstas son las que hacen definitivamente progresar y empujar el desarrollo". Hernández sostiene que "el que vive de contrato nunca va a arriesgar, porque, si sale mal, teme que le echen de su puesto de trabajo".
Para Montero, el borrador guarda muchas lagunas y no da directrices sobre "cómo debe evolucionar la carrera y qué pasos habría que dar para consolidar en las universidades buenos equipos de investigación". "Éstos son claves", puntualiza, "ya que sin ellos no se puede hacer grandes cosas en ciencia".
Por último, la futura norma contempla los contratos de investigador distinguido, para científicos de reconocido prestigio, una iniciativa que, "si realmente se lleva a la práctica", la mayoría ve con agrado.
http://www.laprovincia.es/sociedad-futuro/2010/04/11/investigar-camino-lleno-baches/295554.html