Movilidad
Hola.
Meto un nuevo hilo para hablar del temido tema de la movilidad. Como excusa, este mensaje de Elena en la estatal, proponiendo un pequeño documento FJI sobre la movilidad. Yo hice un popurrí con parte del ICI, modificándolo un poco a mi gusto (pero intentando seguir las corrientes de la FJI sobre el tema). Creo que es un buen punto de partida para modificar esas secciones del ICI y ahondar en este asunto.
Introducción
La movilidad de los
investigadores debería fomentarse en todas las etapas de la
carrera investigadora, como recomienda la CEI (DOUE, 2005):
Los empleadores y/o financiadores deben reconocer el valor de la movilidad
geográfica, intersectorial, interdisciplinaria y virtual, así como de la
movilidad entre los sectores público y privado como un potente medio de
reforzar los conocimientos científicos y el desarrollo profesional en cualquier
etapa de la carrera de un investigador. Consecuentemente, los organismos deben
incorporar estas opciones a la estrategia de desarrollo profesional específica,
y valorar y reconocer plenamente toda experiencia de movilidad en su sistema de
evolución y valoración profesional. Asimismo, también es necesario poner a
punto instrumentos administrativos que permitan la transferibilidad tanto de
las subvenciones como de las disposiciones en materia de seguridad social, de
conformidad con la legislación nacional.
Debe entenderse que la movilidad no es un fin por sí mismo, sino un medio hacia
la excelencia investigadora. En las propuestas que presentamos a continuación,
debe entenderse que la movilidad no debe limitarse al sentido geográfico, sino
que se debe estimular la movilidad intersectorial y entre áreas de conocimiento
(EURODOC, 2005).
Estancias
Las estancias en otros centros son especialmente interesantes para los
investigadores, ya que no sólo permiten adquirir nuevos conocimientos y
aprender nuevas técnicas, sino que además fomentan la cooperación con otros
grupos de investigación. Por ello, debe aumentarse la financiación de estas
estancias en todas las etapas de la carrera investigadora, bien directamente
como complemento a la contratación o como programas accesorios de ayudas para
estancias. Las condiciones de disfrute de estas ayudas deben ser en todo caso
flexibles.
En el caso de los IFI, sería aconsejable que se facilitasen una o varias
estancias con una duración total de al menos un año, pero evitando el
establecimiento de una duración mínima para estas estancias. Por otro lado, la
resolución de las convocatorias debería publicarse con suficiente antelación
y la partida presupuestaria para las estancias debería estar disponible
desde el inicio del contrato, para permitir al investigador y a su supervisor
una correcta planificación del calendario laboral. De esta forma se
minimizarían los retrasos, evitando que se tenga que adelantar gran parte del
dinero personalmente para el viaje y la estancia, una circunstancia que limita
actualmente a muchos investigadores. Además, debería garantizarse que todo el
personal investigador que realice una estancia en un país extranjero sin
concierto con la Seguridad Social española disponga de un seguro de accidentes
y asistencia médica.
Los IE deben ser objeto de una especial atención en cuanto a
la incentivación de la movilidad, ya que en esta fase de la carrera
investigadora se cuenta tanto con experiencia previa como con una gran
capacidad para aprender y establecer contactos. Las ayudas no deben limitarse
al aspecto económico, sino también facilitando el acceso a la información
pertinente, fomentando la creación de redes entre grupos de investigación, etc.
En el caso de los investigadores en “tenure track” o con puestos permanentes, es necesario
incentivar a los centros para incrementar el concepto de estancias de sus
presupuestos, de manera que puedan realizar estancias de diversa duración en
otros centros (incluyendo esta posibilidad para otros miembros de sus grupos).
Los períodos sabáticos deben ser potenciados, como oportunidades para que estos
investigadores establezcan contactos, aprendan nuevas técnicas y puedan
reforzar las líneas correspondientes en sus centros de investigación.
Para evitar que se interrumpa la tutela de los investigadores doctores sobre
los investigadores predoctorales a su cargo durante esos períodos, sería
aconsejable conceder recursos para que estos investigadores predoctorales
puedan desplazarse con su supervisor. En los casos en que no fuese posible este
desplazamiento, debería asegurarse que la ausencia del tutor no fuese superior
a los seis meses consecutivos o que se asegurase la tutela de otro investigador
doctor durante ese tiempo.
En todos los casos, se debe facilitar la movilidad de los investigadores,
mediante el uso de redes y acuerdos, no sólo dentro de la UE, sino con otros países.
Deben articularse mecanismos para resolver y agilizar cuestiones laborales sin
que ello suponga una carga para el investigador, como la transferencia de la
cotización a los distintos sistemas de Seguridad Social (fundamentalmente
dentro de la UE), formalización de seguros de salud, etc.
Cambios
definitivos de centro
Debería incentivarse que los investigadores cambiasen definitivamente de
centro al menos una vez en su carrera investigadora, especialmente
inmediatamente después de su etapa de IFI o tras conseguir el título de doctor. Si no fuese el
caso, deberían promoverse en lo posible las estancias largas (2 años o más)
después de esa etapa. El cambio de centro de trabajo es algo normal en el
sistema de investigación de otros países de nuestro entorno, sin que esto sea
un indicador de precariedad laboral o de falta de expectativas en la carrera
investigadora. Este tipo de cambios promueven la ruptura del investigador con
su grupo y su centro de tesis o de postdoctorado (etapas IFI e IE), con todo lo que conlleva de incremento de
experiencia, exposición a nuevos ambientes científicos e independencia (sin que
esto implique que no se puedan realizar colaboraciones en el futuro).
Los cambios definitivos de centro ayudarían a evitar la endogamia y favoritismo
existentes en la universidad española (Bosch, 1998; Navarro y Rivero, 2001; AACTE, 2000;
Cruz-Castro et al., 2006; Delibes de Castro, 2006; Morán, 2006; Corruptio, 2007).
El establecimiento de esta nueva cultura investigadora —en la que los IFI sean
conscientes de su futura independencia del grupo y centro donde comenzaron su
carrera— permitiría acabar con situaciones de precariedad permitidas por los
propios IFI; precisamente por la percepción de que la realización de su carrera
investigadora debe ocurrir un único centro y dentro del mismo grupo (y,
posiblemente, bajo la tutela del mismo “padrino”), visión que a menudo es
puramente ilusoria y conduce a la aceptación de situaciones que no se
permitirían si las perspectivas del IFI fuesen otras.
Esto no quiere decir que pueda haber investigadores que realicen correctamente
toda su carrera investigadora en el mismo centro. Aunque la situación más
deseable es que se produzcan estos cambios definitivos de centro, debe
considerarse que la carrera investigadora de cada investigador puede
desarrollarse de distintas maneras y de forma plenamente productiva. Por lo
tanto, consideramos que la política más adecuada es la de promover los cambios
de centro, sin obligar a tener que realizarlo. En todo caso, los mecanismos de
evaluación pertinentes deben tener muy en cuenta si la ausencia de este tipo de
movilidad tiene como consecuencia una falta de productividad, penalizando en
este caso tanto al investigador como al centro, departamento y/o grupo de
investigación. Debido a los altos índices de endogamia y a los numerosos casos
de favoritismo ya mencionados, tales penalizaciones a centros, departamentos y
grupos deben ser sustanciales.
Evaluación
de la movilidad
Sobre la evaluación de la movilidad, ya CCCI (DOUE, 2005) hace una reflexión al respecto:
Toda experiencia de movilidad como, por ejemplo, las estancias en otros
países o regiones o en otros contextos de investigación (públicos o privados) o
los cambios de disciplina o sector, tanto si es parte de la formación inicial
en la investigación como si se produce en fases ulteriores de la carrera, o la
experiencia en movilidad virtual deben considerarse como una contribución
valiosa al desarrollo profesional de un investigador."
Dado que la movilidad tiene
múltiples facetas, es de difícil evaluación. Por lo tanto, e independientemente
de las recomendaciones que figuran a continuación, debería iniciarse un
profundo estudio sobre la movilidad y su evaluación, en consonancia con las
iniciativas de la Comisión Europea (véase, por ejemplo, Euraxess en http://ec.europa.eu).
En general, debe darse mayor
importancia a las estancias en otros centros y a períodos sabáticos en la
puntuación para acreditaciones y evaluaciones. Una evaluación correcta debe
valorar los resultados obtenidos durante y a consecuencia de estas estancias,
no limitándose a su duración, y considerando que estos efectos pueden
reflejarse no en resultados concretos, sino en el conjunto de la carrera
investigadora posterior (realización de contactos, incorporación de nuevas
líneas de investigación, diversificación, mejores posibilidades de
financiación, innovación de docencia, etc.).
Los incentivos resultantes de la
evaluación de la movilidad deberían beneficiar también a los centros y
departamentos cuyo PDI participe de las distintas formas de movilidad
(concesión de recursos, personal, etc). Esto ayudaría a que todos los actores
entendieran la movilidad como algo positivo incluso a medio o largo plazo, y no
como una pérdida de personal o un
obstáculo para el desarrollo de sus objetivos.
Además, todo proceso de
evaluación debe tener en cuenta que la movilidad puede suponer un cambio o
interrupción en la carrera investigadora (dedicación total o parcial al sector
privado, estancias dedicadas a docencia intensiva o divulgación, etc.), y que
estos cambios no tienen por qué ser negativos. El propósito es que no se
penalice esa movilidad, cosa que ocurre en evaluaciones que consideran períodos
concretos de la carrera o cuando se usan únicamente indicadores concretos
(índices de impacto, número de publicaciones, etc.) en vez de evaluar la
trayectoria profesional en conjunto.
Acronimos y referencias:
CCCI: Código de Conducta para la
Contratación de Investigadores.
CEI: Carta Europea del
Investigador
IFI: Investigador en Fase Inicial
IE: Investigador Experimentado
PDI: Personal Docente y
Investigador
AACTE. 2000.
Documento AACTE’2000 sobre el estado de la Ciencia y Tecnología en España. (PDF) http://www.cica.es/aliens/aacte/documentos/aacte2000.pdf
Bosch, X. 1998. Spanish university sued for favouritism. Nature
396:712. (página web) http://www.nature.com/nature/journal/v396/n6713/full/396712a0.html
Corruptio. 2007.
Plataforma contra la corrupción y el acoso en la universidad pública española.
(página web) http://www.corruptio.com
Cruz-Castro, L.,
Sanz-Menéndez, L. y Aja Valle, J. Junio 2006. Las trayectorias profesionales y
académicas de los profesores de universidad y los investigadores del CSIC.
(PDF) http://www.iesam.csic.es/doctrab2/dt-0608.pdf (último acceso: 3 de febrero de 2008). En: Workshop on Researcher careers for
the 21th century (26-27 de abril de 2006, Madrid); organizado por la OCDE y el
MEC.
Delibes de
Castro, M. 2006. Uno de los nuestros. El País 30/10/2006 (Suplemento
Educación). http://www.elpais. com/articulo/ educacion/ elpepusocedu/
20061030elpepied u_3/Tes
DOUE. 2005. Recomendación de
la Comisión Europea de 11 de marzo de 2005 relativa a la Carta Europea del
Investigador y Código de Conducta para la Contratación de Investigadores
(Diario Oficial de la Unión Europea de 22 de marzo de 2005, L75/67). http://eurlex.europa.eu/LexUriServ/site/es/oj/2005/l_075/l_07520050322es00670077.pdf
Morán, C. 2006.
Hoy por ti, mañana por mí. El País 30/10/2006 (Suplemento Educación). http://www.elpais. com/articulo/ educacion/ Hoy/ti/manana/
elpepusocedu/ 20061030elpepied u_1/Tes
Navarro, A. y
Ribero, A. 2001. High rate of
inbreeding in Spanish universities. Nature 410:14. (página web) http://www.nature.com/nature/journal/v410/n6824/full/410014b0.html