- Se debe incrementar el número de puestos de investigador a través de contratos tanto de duración temporal como indefinida, y principalmente mediante la concesión de ayudas a los grupos para RR.HH. Este incremento debe asegurar un equilibrio en el número de investigadores en las diferentes etapas de la carrera investigadora.
- Paralelamente, debe llevarse a cabo un correspondiente incremento en el número de técnicos de laboratorio, bibliotecarios, responsables de informática y personal administrativo (incluyendo gestores de investigación) -tanto contratados por los centros como por los grupos- así como la creación o mejora de talleres de formación para investigadores.
- Ambos tipos de puestos, investigador y personal de apoyo, deben ser asignados separadamente, pero de manera coordinada, de manera que los centros no se encuentren con la problemática de elegir entre unos y otros. Estas acciones no deben llevarse a cabo con programas a corto plazo u orientados a un colectivo concreto, sino como parte inseparable de una política científica continuada.
- Este incremento debe realizarse en universidades, centros públicos de investigación no universitarios, centros privados de investigación y empresas privadas. Aunque el sector privado escapa al presente documento, debemos resaltar que la carrera investigadora debe poder realizarse parcial o totalmente en la empresa privada.