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Carrera Investigadora


Carrera docente, investigadora y de gestion

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Simplemente, me gustaria desviar el hilo que inicio Maria Jose para plantear el tema de las carreras investigadoras (en el sentido mas amplio). Dentro del personal fijo de las Unis que es lo que conozco, me parece que se pueden distinguir tres carreras, la del investigador puro (que en la Uni no existe, pero hay mucha gente que tiene reducciones docentes), la de docente (gente que le gusta y son buenos dando clases), y la de gestion (gente que gestiona la investigacion, o que tiene puestos de responsabilidad en la administracion). Las tres carreras son completamente independientes, y hasta ahora no se ha hecho ningun esfuezo por que lo sean. El que sean independientes no quiere decir que no sean flexibles en el sentido de que dependiendo de la epoca de la vida, pases de una a otra por el motivo que sea (pej, quieres pasar a CU, y estas en la carrera docente, pides un agno puro de investigacion para mejorar el curriculum, o tienes un hijo y quieres darle mas tiempo, o te nombran director de la OTRI).

Creo que estas tres carreras deben estar reconocidas y evaluadas independientemente. Me parece aberrante que algunos rectores sigan publicando trabajos que posiblemente no se hayan leido solo para que le den el sexenio de turno.

posts: 285 Spain

Tras ver el vídeo del bloque 2 de las Jornadas de la LCyT (buscar por LCyT en esta web), parece ser que está en el espíritu de esa nueva ley el incrementar la movilidad y transversalidad. Es decir, más carreras mixtas, más capacidad para que los investigadores decidan que ahora quiero investigación, ahora docencia, etc., y que esto se valore adecuadamente. Te quedó una carrera: la de los que dan clases, son malos docentes y no hacen nada más (y hay muchos ahí). No sé en otras áreas, pero en biomedicina los buenos docentes son mixtos, los que se dedican sólo a docencia suelen pertenecer al cuarto grupo que he definido.

Volviendo al tema, efectivamente, hay que reconocer la multiplicidad de las carreras, pero no considerarlas estancas ni evaluarlas independientemente (creo que es posible que no haya entendido bien la frase y que pensemos igual). Como hay que evaluar es tomando el CV globalmente y ver si ha sido coherente, y si las trayectorias que se han tomado han sido adecuadas (no es preciso conseguir resultados espectaculares). De hecho, se habló también en las jornadas de retirar a los que no rinden, incentivar a los que sí lo hacen y premiar a los excelentes.

Para mí hay una carrera, pero como dijo ¿Flora de Pablo?, esta puede tener múltiples facetas. No nos quedemos aquí, que en las Jornadas se habló también de eliminar trabas legales para que los investigadores del sector público puedan saltar entre centros y entre público a privado y vuelta, y que esto se evalúe correctamente también.

Creo que esta discusión es muy rica, y si se plasman estas cosas en la LCyT, el futuro podría ser mucho más halagüeño. Por cierto, podría ayudar también a deshacer los caciquismos wink

posts: 84 Solomon Islands

Perdona, pero no comparto contigo la idea de que la gestión ha de ser independiente de la investigación. Por suerte o por desgracia en las universidades u opi's la gestión se lleva a cabo por el PAS, en cuanto a la dirección de la gestión normalmente se lleva a cabo por los directores de equipo o departamento, que han debido de ser elegidos democráticamente por los investigadores-docente de base.

Pero en vez de tener una persona competente al frente de la gestión "política" de la investigación de las universidades y opi's tenemos gente que "molesta poco" o que tiene los contactos necesarios.

Es posible que podamos diferenciar en el PDI, a los investigadores y a los docentes, pero no creo que los gestores de I+D+i tengan cabida en esa definición sino que yo creo que debería estar enclavados en el PAS

posts: 285 Spain

Salomón tiene razón en que cuando hablamos de gestión no queda claro a quién nos referimos. Y en elección de puestos de gestión (los de arriba, ocupados por PDI), no suele ser el mérito lo que se mira.
Ahora, hablando de PDI, sí que habría que considerar esos períodos en puestos no docente-no investigador. La cuestión es cómo evaluarlos.

posts: 84 Solomon Islands

¿Evaluarlos?

mmm... ¿vale el cero como evaluación?

¿cómo se distingue un buen director de departamento de uno malo?
¿cómo se distingue un buen rector de uno malo?

y si nos ponemos a evaluar el ser miembro de comisión de departamento, junta de escuela/facultad, claustro, junta de gobierno, comisiones... a cuanto lo ponemos? A mitad de cuarto de punto ??

Soy consciente de que hay que valorar positivamente aquellas personas que son capaces de representar a sus compañeros y defenderlos en los organos colegiados, pero ojo, habrá que diferenciar entre el que calienta la silla (si es que va a las reuniones) y el que de verdad participa activamente.

Pero esto formaría parte del mundo de piruleta y de algodón de azúcar que es la Investigación fantástica y maravillosa que buscamos... o no?

salu2
SALOMÓN

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Vamos a ver. Cuando me refiero a carrera de gestion es la evaluacion de esa carrera aparte, cuando supone la dedicacion a tiempo completo (no director de departamento, puesto que no te exige la jornada completa, pero si director de Escuela, Decano, rector ...etc). En investigacion si gestionas un proyecto como IP, eso se evalua como merito de investigacion. Si eres IP de un proyecto y a la vez Rector, seguro que no puedes hacer las dos cosas a la vez a tiempo completo. Y la mayoria lo sigue haciendo por los complementos de investigacion que es injusto que se los lleven puesto que no hacen investigacion.

Si queremos evitar el caciquismo, hay que facilitar que la gente que este un tiempo en la gestion "tenga" que dejar las labores de direccion de investigacion en favor de los que quedan en el grupo, que son los que realmente investigan. Lo cual no quiere decir que si le apetece, a la vez de ser rector, escriba algun articulo (cosa que dudo), pero evidentemente no debe dirigir una tesis ni dirigir los proyectos de investigacion.

posts: 26 France
En realidad Felipe, creo que coincidimos. Ha de evaluarse el CV como un todo, pero tener en cuenta tu trabajo en cada una de las carreras docente, investigadora y de gestion (la gestion ahora mismo no se evalua, excepto la gestion de proyectos de investigacion como Investigador Principal). De esa forma los del cuarto grupo no puntuaran nada mas que en la de docencia.
posts: 84 Solomon Islands

Tras el debate suscitado entorno a la consideración de la vertiente
gestora de los investigadores y su evaluación dentro de la Carrera
Investigadora, reenvío una columna de opinión sobre la "elección"
de los equipos de gobierno.

salu2
SALOMÓN

http://www.elmundo.es/suplementos/campus/2008/526/1225839607.html

TRIBUNA

Gestión y 'digestión' en la Universidad 

J. C. COUCEIRO-BUENO

Que las universidades elijan mayoritariamente equipos de gobierno entre docentes que prometen capacidad de gestión y no entre intelectuales -como sería deseable, sin excesivos efluvios platónicos, en todos los centros de enseñanza superior-, es un signo más de vaciamiento de la misión de la Universidad.

Sería cruel, por mi parte, recordar pormenorizadamente a los titanes del pensamiento y la cultura que han sido las máximas referencias universitarias (Hegel, Fichte, Unamuno...), en contraste con la presente funcionarización de nuestros días.

Los antecedentes de esta burocratización generalizada hay que buscarlos en la digestión pesada que provoca la centralidad de lo técnico-científico -espacio del discurso único- y, subsidiariamente, del intento de convertir a la universidad en una empresa de servicios -con una serie de vacuos y ridículos conceptos asociados-, que está provocando el alejamiento, posiblemente de forma irreversible, de su genuina impronta académica.

Llegado a este punto habría que plantearse algo más que una simbólica refundación de la Universidad y tomar distancia de un modelo sumiso a la tecnificación de la vida y la explotación y sustitución de la naturaleza.

De la omnipresente -y poco leída, dicho sea de paso- Declaración de Bolonia hay que destacar, en su discurso subyacente, el desolador reconocimiento de que en una universidad tecno-cientificista y entregada a las reglas del mercado, hay que olvidarse de los saberes enciclopédicos, de las clases magistrales, de la transformación de las personas, de las grandes preguntas por la existencia...

Mucha ciencia, mucha nueva tecnología, mucha pretendida autoridad científica, pero las fuerzas sustentadoras de Occidente siguen siendo las mismas: el Humanismo, el legado de la Antigüedad y las clásicas formas de organización política y social. Y es precisamente este patrimonio el que engrandece a la Universidad y el que está obligado a conservar y a transmitir.

En todo caso, los motivos centrales para ubicar la decadencia universitaria no hay que buscarlos, preferentemente, en la masificación, la baja calidad docente o en la deficiente preparación de los estudiantes; por el contrario, hay que rastrearlos en que se considera más importante, por poner un ejemplo, la miniaturización de los discos duros, que acceder a nuevas formas de vida o preparar los cambios sociales.

Si los criterios son técnicos, economicistas y jerárquicos, entonces los estudiantes dejarán de ser lo que pretender ser y se convertirán en clientes, súbditos y usuarios. Y esto, hay que decirlo, es un escándalo de consecuencias imprevistas.

Apresurémonos en afirmar que, si en la Universidad el estudiante no es el protagonista indiscutible -no sólo por razones históricas, que también son relevantes-, la Universidad dejará de ser Universidad. Será otra cosa. Y probablemente, no lo dudo, respetable.

En una época de tantas recuperaciones de la memoria histórica, la Universidad aún tiene pendiente, para sí misma, esta tarea. El público en general debe saber, entre otras cosas, que esta institución ha sido creada por los estudiantes, y que éstos incluso se encargaban de contratar a los docentes que les podían convenir para su formación.

Retomemos el punto inicial y hagámonos las siguientes preguntas: ¿cuáles son los cometidos del Gobierno de la Universidad? ¿Cuál es el cometido de su máximo responsable? Ante todo, discurso y símbolo, es decir, velar para que la Universidad expresada en discursos eminentes, se hagan factuales.

Por eso mismo, el espacio que debe ocupar un responsable universitario no puede ser otro que el de expresar en palabras y símbolos el lugar que debe ocupar culturalmente esta institución. Para otras tareas -gestión, administración, etc.- ya hay un personal más competente y preparado y, por cierto, excesivamente preterido.

En conclusión, ante la crisis de la Universidad, ante la preferencia universitaria por la gestión empresarial, el profesionalismo y el paternalismo tecnopedagógico, sólo me queda expresar un deseo: ¡Qué vuelva Hegel!

J. C. Couceiro-Bueno es catedrático de Filosofía de la Universidad de La Coruña.

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Coincido con el primer, antepenúltimo y penúltimo párrafo. El resto me suena a pataleta y metafísica de baratillo.
posts: 238

Hola:

Posteo aquí un artículo de "Campus". No sé si sea de interés, pero habla de un estudio de psicólogos de Granada que han llegado a la conclusión de que resulta más rentable (en términos económicos) dividir al personal universitario en docentes, investigadores y gestores...

Los profesores no especializados producen menos
UN ESTUDIO FINANCIADO POR EL GOBIERNO REVELA QUE LA DIVISIÓN ENTRE DOCENTES ATRAERÍA MÁS DINERO
ÁNGEL DÍAZ |

Las universidades españolas serían más competitivas y dispondrían de más dinero si los profesores, en vez de dividir su tiempo y capacidad entre diversas actividades de gestión, investigación y docencia, se especializaran en sólo una de ellas.

Ésta es, al menos, la conclusión a la que ha llegado un grupo de investigadores de la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada, tras clasificar todas las universidades públicas españolas en función de diversos parámetros de productividad.

El estudio, que se publicará próximamente en la revista 'Psicothema' y a cuyas galeradas ha tenido acceso CAMPUS, pone de manifiesto una realidad de la que muchos hablan pero que aún no se ha visto reflejada en la legislación vigente.

«Quizá ya es el momento de tomar medidas por parte de los responsables de las universidades para especializar la dedicación a la docencia, a la investigación, a la gestión o a la transferencia de conocimiento», señalan los autores del informe, dirigido por el psicólogo Gualberto Buela-Casal. «Se podría ajustar la ocupación del profesorado entre estas actividades, de tal manera que aquellos que emplean más tiempo en una actividad sean compensados con menor dedicación a otras», proponen.

Los autores de la nueva clasificación han constatado en casos concretos cómo el fomento de la especialización y los incentivos para que los profesores profundicen en un área determinada, como pueden ser los doctorados de calidad, consiguen multiplicar la productividad en un período corto de tiempo.

El investigador Ángel Castro, uno de los firmantes del informe, recuerda el ejemplo de la Universidad de Vigo, que ha pasado, en sólo un año, de cinco a 15 doctorados con mención de calidad. El pequeño milagro se ha producido gracias a un programa de incentivos que incluye el reparto de créditos para que los profesores dedicados a estas actividades queden liberados, a cambio, de impartir horas de clase en las licenciaturas.

Pero este tipo de prácticas no es habitual en la actual Universidad española, según lamenta Castro: «Los profesores pueden dar clase en varios doctorados sin recibir ningún beneficio: ni reducción de créditos en licenciatura ni incentivos económicos».

El borrador del Estatuto del Personal Docente e Investigador (PDI), redactado durante el pasado otoño, comprende la realización de funciones docentes, de investigación, de innovación y transferencia de conocimientos y de gobierno, dirección y gestión. Pero no especifica mucho más, si bien es posible que el Estatuto definitivo entre en más detalles.

La especialización del profesorado en tareas concretas permitiría, según Buela-Casal, tener mejores investigadores, que no deberían de cargar con tareas burocráticas o académicas y cuya productividad aumentada permitiría atraer mayores recursos a su Universidad.

«Ya sea pública o con empresas, la investigación es una importante fuente de ingresos; en EEUU, de hecho, es la principal vía de financiación de las grandes universidades», argumenta Buela-Casal. «Un profesor que investiga mucho no cuesta nada: el dinero que atrae es superior a su sueldo».

La especialización del profesorado, según apunta Francisco Michavila, catedrático Unesco de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), «sería algo bueno», pero no tendría por qué acarrear una división elitista entre los que investigan y los que no.

«Los profesores entran jóvenes a la Universidad, la mayoría entre los 25 y los 30 años, lo que significa que van a pasar 40 años de su vida. A lo largo de este tiempo, los intereses van cambiando y pueden escoger diferentes opciones durante su carrera. Puede haber un itinerario, una evolución».

En algunas materias, de hecho, el cambio de especialidad es casi tan natural como en el deporte, donde pasada cierta edad hay que abandonar el terreno de juego y dedicarse a otros menesteres.

«En Matemáticas, por ejemplo, hay una edad idónea para investigar, y después se pasa», apunta Michavila. Pero este experto considera que la especialización de la Educación Superior debe ir incluso más allá de la división de tareas del profesorado: «Una Universidad puede ser buena en tres o cuatro campos, pero no en todos. Debería especializarse en función de su entorno».

CAMPUS ha sondeado a algunas de las instituciones que obtienen mejores resultados en el 'ranking' de la Universidad de Granada (ver gráfico) y lo cierto es que algunas de estas prácticas ya comienzan a implantarse con éxito en nuestro país.

La Rovira i Virgili es uno de los centros que, modesto en cuanto a tamaño, obtiene muy buenos resultados. Gran parte de su éxito se debe, precisamente, a la especialización en ciertas áreas en función de su entorno: la Ingeniería Química, el Turismo, la Medicina Clínica y la Enología son -además de la Prehistoria, a cargo del codirector de Atapuerca Eudald Carbonell- las cuatro grandes apuestas del centro, todas ellas ligadas al paisaje y la cultura de Tarragona.

Por su parte, la Pompeu Fabra, la más productiva en artículos científicos, luce como una de sus señas de identidad, desde su creación en 1990, tener menos horas de docencia (120) que otras universidades, lo que permite a sus profesores dedicar más tiempo a la investigación.

Además, existe una reducción adicional de la docencia del 50% (se queda en 60 horas) para los líderes de grandes grupos, y se conceden años sabáticos a los investigadores punteros, según explica Ferrán Sanz, vicerrector de Política Científica de la Pompeu Fabra. Otras universidades jóvenes también salen muy bien paradas del estudio, como Miguel Hernández o Pablo de Olavide, ambas creadas en 1997. La última, de hecho, encabeza la clasificación general.

Los buenos resultados que obtienen en el 'ranking' español estas universidades -que no suelen aparecer, sin embargo, en las clasificaciones internacionales- se deben a que el equipo de la Universidad de Granada ha ponderado la producción de cada centro con respecto al número de profesores que trabajan en él.

Lo cual, a su vez, ha provocado que gigantes como la Complutense o la Politécnica de Madrid queden muy atrás en la publicación de artículos, ya que muchos de sus docentes no se dedican a la investigación. De hecho, el mencionado estudio es, según sus autores, el primer 'ranking' de productividad realizado en España que tiene en cuenta tanto el tamaño de las universidades como los parámetros más relevantes en el campo de la investigación universitaria en nuestro país.

Tales indicadores, hasta un total de seis, han sido elegidos y valorados por una muestra de 1.340 profesores. El ámbito más valorado lo conforman los artículos publicados en revistas de prestigio internacional, lo que se conoce como el índice ISI.

Éste es el parámetro que más suele puntuar en las clasificaciones internacionales, como el conocido 'Ranking de Universidades del Mundo', que publica anualmente la Universidad Shangai Jiao Tong y en cuya última edición sólo aparecen nueve centros españoles (Barcelona, Autónoma de Madrid, Complutense de Madrid, Autónoma de Barcelona, Politécnica de Valencia, Valencia, Granada, Sevilla y Zaragoza, por ese orden).

Pero en España, donde existen grandes diferencias de tamaño entre unas y otras universidades, es necesario situar las cifras en su justa proporción, de acuerdo con Castro y su equipo. «Lo más importante de nuestro estudio es que las calificaciones hasta ahora se hacían en términos absolutos. Al ponderar estos datos con el número de profesores, hemos llegado a una conclusión más igualitaria», señala el investigador.

En todo caso, Castro también advierte de que, aunque pretenden que su 'ranking' tenga continuidad, por el momento sólo se dispone de los datos de un año (2008, excepto en algunos indicadores en los que estas cifras aún no estaban disponibles). Por ello, «puede ser que algunas de las grandes universidades hayan tenido un año malo por culpa de la adaptación a nuevos planes», reconoce el psicólogo.

El presente 'ranking' de la Universidad de Granada ha contado con la ayuda de la Dirección General de Universidades, pero ahora sus autores están buscando «financiación independiente» para convertirlo en un estudio anual, que serviría para que «los rectores y los dirigentes de las universidades sacaran conclusiones». Así lo demuestra el hecho, argumentan, de que haya universidades que salen muy bien paradas en algunos parámetros y muy mal en otros. Todos los indicadores empleados, sin embargo, tienen en común el ser representativos de unas condiciones óptimas para la investigación, algo que «será cada vez más importante en el futuro de las universidades españolas», según refleja el informe.

Fomentar la investigación, según resume Buela-Casal, deriva en una dinámica muy provechosa: «Si tienes buenos investigadores, tienes muchas menciones de calidad; tienes profesores visitantes; tienes buena formación; tienes muchas becas FPU (Formación del Profesorado Universitario); tienes más publicaciones; tienes más movilidad de alumnos...».

Todos estos recursos extra redundan en una mayor visibilidad y calidad de la Universidad y dependen económicamente del Ministerio, por lo que suponen una financiación extraordinaria de cada centro, aparte de lo que reciba de su correspondiente Comunidad Autónoma.

posts: 285 Spain

Hola.
Bueno, no sé si es eso realmente lo que dice el artículo. A mí me parece que se refiere más bien a la conveniencia de poder saltar cómodamente de un tipo de actividad a otra durante la carrera del investigador, algo que llevamos pidiendo hace tiempo.
De todas maneras, esto hay que interpretarlo a la luz de la situación actual, en la que el PDI universitario (el que trabaja) está agobiado por la docencia (a veces por la gestión) y encima quiere hacer algo de investigación, sin que se le compense bien por ninguna de esas cosas. Es decir, más que un cambio de modelo, lo que dicen es que se hagan las cosas bien.
Saludos.

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