A través de este comunicado las instituciones abajo indicadas queremos señalar la crudeza de
la situación actual de la I+D+i para conocimiento de todos los ciudadanos y requerir a nuestros
gobernantes y representantes políticos que actúen con visión estratégica y perspectiva de
futuro. Pedimos que actúen en consecuencia más allá de las palabras y las declaraciones
grandilocuentes. Los hechos, hasta el momento, nos abocan a la relegación, pero todavía hay
margen de actuación. Es urgente. Porque la Investigación y la Innovación no son un lujo: sin
I+D+i no hay futuro.
Uno de los motivos que explican por qué la crisis está afectando tan severamente a nuestro
país, es que nuestro sistema productivo no está suficientemente basado en la Investigación y la
Innovación. Basta recordar que el gasto español en I+D+i es del 1,35% del PIB, mientras la
media europea es del 2% y en Alemania del 2,8%.
Es imprescindible cambiar esta situación. Y hay que hacerlo con celeridad, a pesar de las
condiciones, porque no habrá una salida sólida de la crisis hasta que esta debilidad en I+D+i se
corrija. Sin embargo, la respuesta dada desde el Gobierno a partir del año 2009 y acentuada en
los últimos dos ejercicios, consiste en someter a la I+D+i a un constante retroceso, que
empieza a poner en grave riesgo nuestra estructura de investigación e innovación construida
con enorme esfuerzo desde la instauración de la democracia, con los desarrollos ligados a la
puesta en marcha de la ley de Ciencia de 1986.
Una estructura aún en formación, y por tanto vulnerable, pero que había situado a España en
un magnífico lugar en el escenario científico internacional y del que ya están saliendo miles de
jóvenes investigadores y tecnólogos que buscan su futuro fuera de nuestro país. Arriesgar así
el sistema científico y de innovación significaría una pérdida clara de referencia y de esperanza
ante el alarmante proceso de deterioro de nuestro tejido productivo.
Los Presupuestos del Estado para I+D+i de 2013 presentan, por quinto año consecutivo, un
importante descenso que en conjunto alcanza el 7,21%, quedando por debajo de los 6.000
millones de euros. Se argumenta que se conservan los fondos destinados a I+D+i civil, pero no
se matiza que se produce un descenso del 13,68% de las partidas no financieras
(subvenciones) que se convierten en préstamos (partidas financieras).
Aunque cierto volumen de fondos financieros es necesario, en particular para el funcionamiento
del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), la realidad muestra que en los
últimos años una parte muy importante de estos fondos han quedado sin ejecutar. En el año
2011 fueron 3000 millones de euros y se estima que en este año 2012 serán más de 1200
millones.
En contrapartida, los fondos no financieros, el gasto real del que se nutren las convocatorias de
proyectos de investigación, los recursos humanos y técnicos, los presupuestos de los OPIS,
etc., se ejecutan por encima del 98%. Por este motivo, pretenden traspasar fondos de las
partidas no financieras a las financieras, como ha ocurrido sistemáticamente en los últimos
años y se propone de nuevo para 2013. Esto carece de sentido, a menos que con ello se
quiera ocultar la caída real de los gastos de investigación.
En algunos programas vitales para el desarrollo de la Investigación la situación es todavía peor.
Así, se prevé una reducción del 23% de los fondos no financieros del Programa de “Fomento y
coordinación de la Investigación”; y el Fondo Nacional, en el que se integran las convocatorias
de proyectos de investigación del Plan Nacional de Investigación y las de Recursos Humanos,
pierde casi 70 millones de euros, mientras el Fondo de Investigación Sanitaria (FIS), que
financia una parte importante de los proyectos y los recursos humanos dedicados a
investigación del Sistema Nacional de Salud, acumula el 48% de caída desde 2008.
Los recursos humanos son la parte fundamental del sistema de I+D+i. Se requiere la inserción
en el tejido empresarial de personas altamente cualificadas y en particular de doctores. Sin
embargo, en 2012 se han concedido 400 ayudas para la formación de doctores menos que en
2011 (200 FPI y 200 FPU) situación que, en el mejor de los casos, se repetirá en 2013. La
convocatoria de contratos post-doctorales en el extranjero ha sido anulada. El programa JAE
(pre y postdoctoral, técnicos y gestión) del CSIC ha quedado en suspenso y las convocatorias
de Ramón y Cajal y Juan de la Cierva acaban de ser convocadas, con importantes
restricciones en su número y con meses de retraso. Todo ello unido a la política de mínima
reposición de plazas de investigadores, está creando una brecha generacional profunda en el
sistema científico y forzando a un exilio indefinido a nuestros jóvenes mejor formados.
Los Organismos Públicos de Investigación (OPIS) sufren una asfixia presupuestaria que pone
en serio peligro su supervivencia y va paralizando su investigación por falta de liquidez, que ya
afecta a aspectos básicos como la compra de reactivos y el material esencial para desarrollar
la investigación. La acumulación de déficits presupuestarios sucesivos, unido a las reformas
laborales impuestas por el gobierno, pone en serio riesgo el mantenimiento de muchos de sus
puestos de trabajo.
Una situación similar viven las universidades, que suponen más del 60% de la producción
científica y la investigación del país y son los principales agentes en la formación de doctores y
personal cualificado. Tradicionalmente infradotadas presupuestariamente, las recientes y
desorbitadas subidas de precios públicos no han repercutido en sus presupuestos sino que han
visto reducidas las transferencias de la Administración, al tiempo que experimentan una
disminución del número de alumnos, especialmente en posgrado y doctorado. Asfixiadas por
los gastos corrientes, se han visto obligadas a reducir drásticamente sus fondos propios de
investigación, a la vez que muchas de ellas empiezan a tener serias dificultades de liquidez
para la ejecución y gestión de los proyectos nacionales y europeos.
La situación también está afectando al sector privado. La inversión en I+D por parte de las
empresas descendió en 2011 por primera vez desde que se tienen estadísticas y el número de
empresas innovadoras ha disminuido en los últimos años. Además, muchas de las empresas
innovadoras dependen de la confluencia de fondos públicos y privados y la retirada de los
primeros pone en graves dificultades la continuidad de los segundos. El importante salto que
se dio en la última década, por parte del sector empresarial en la dedicación de inversiones a la
I+D+i, necesita de un entorno que lo consolide y para ello son imprescindibles el mantenimiento
de políticas de apoyo a la inversión en estos segmentos y la continuidad en el mensaje de
cambio y progreso. Sin embargo, la actividad del CDTI en este ejercicio (2012) se ha visto
seriamente ralentizada, habiendo disminuido drásticamente su presupuesto desde el año 2009
y muy en particular su capítulo de subvenciones. Este hecho está afectando gravemente tanto
a las empresas innovadoras, que ven sus líneas de crédito severamente comprometidas, como
a los organismos públicos, que son los principales receptores de las citadas subvenciones a
través de los subcontratos que venían recibiendo de dichas empresas.
La Agencia Estatal para la Investigación, contemplada en la Ley de la Ciencia y destinada a ser
un actor fundamental en el sistema de I+D+i, sigue sin ver la luz y los PGE 2013 no contemplan
ninguna partida presupuestaria para ella. El borrador de Estrategia Española de Ciencia,
Tecnología e Innovación elaborado por la Secretaría de Estado, ahora mismo en discusión,
debe entroncarse en la realidad de manera crítica y bien fundamentada para que sean parte
del revulsivo que necesitamos. Sin embargo, carece de un análisis del impacto de los recortes
sobre el sistema de ciencia y tecnología, no baraja compromisos presupuestarios plurianuales
y no incluye referencias ni medidas concretas dirigidas a la investigación básica.
Frente a este escenario, que endurece las previsiones más pesimistas, la comunidad científica
y técnica española debe reaccionar. Los colectivos firmantes: CRUE, COSCE, FJI, Plataforma
Investigación Digna, Foro de Empresas Innovadoras, CC.OO y UGT, impulsamos una
importante campaña de sensibilización ante la opinión pública y el Parlamento a través de la
Carta Abierta por la Ciencia, que recogió 40.000 adhesiones en una semana, alertando de los
riesgos de colapso del sistema científico español. Hoy, conscientes de la gravedad de la
situación, seguimos empeñados en buscar una salida distinta a la situación, basada en la
cooperación entre las universidades, los organismos públicos de investigación y las empresas;
pedimos que se sumen también organizaciones representativas de los colectivos empresariales
más innovadores, para cerrar así el círculo de instituciones que no quieren permanecer
impasibles ante unas orientaciones que retrotraen los gastos en ciencia e innovación a cifras
casi olvidadas.
Somos conscientes de la difícil situación que atravesamos pero también estamos convencidos
de la importancia estratégica para España de lo que defendemos. La magnitud de lo ahora
mismo imprescindible para no continuar con el deterioro es de unos doscientos millones de
euros y creemos que es abordable, si se compara con el coste de muchas infraestructuras
ahora mismo en desuso o nunca utilizadas, y mucho más con los miles de millones destinados
a la banca. Estamos seguros de que con un poco de imaginación e iniciativa de nuestros
gobernantes es posible conseguir esos recursos.
El Congreso de los Diputados abordará en los próximos días la aprobación de los PGE de
2013. La reciente carta abierta dirigida a los Presidentes de Gobierno de la UE por premios
Nobel finalizaba con una pregunta dirigida a ellos: ¿Cuál será el papel de la Ciencia en el futuro
de Europa? Aquí, en nuestro país, es el momento de que el Gobierno y el Parlamento español
se planteen y expliquen a los ciudadanos cuál es el papel que quieren que la I+D+i juegue en el
futuro de España y qué papel quieren que España juegue dentro de los países más avanzados.
Si no renovamos un esfuerzo intenso en este ámbito, España se quedará en la cola de Unión
Europea. ¿Es eso lo que de verdad queremos?
COSCE (CONFEDERACIÓN DE SOCIEDDES CIENTÍFICAS ESPAÑOLAS)
CRUE (CONFERENCIA DE RECTORES DE UNIVERSIDADES ESPAÑOLAS)
PLATAFORMA INVESTIGACIÓN DIGNA
FJI (FEDERACIÓN DE JÓVENES INVESTIGADORES)
CCOO
UGT
FEI (FORO DE EMPRESAS INNOVADORAS)
(Este texto será difundido en todas las universidades y centros de investigación en un acto
público a celebrar en el Salón de Actos del CSIC el próximo 6 de noviembre , en el que se
anunciarán adhesiones e iniciativas a poner en marcha para impedir el deterioro irreversible de
un sistema de ciencia y tecnología que nos ha costado más de cuarenta años construir y que,
por primera vez en la historia de nuestro país, había generado una generación de científicos y
tecnólogos al nivel de nuestro peso económico.)