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Argentina

Doctorandos y post-doctorandos argentinos


Mediante diversos programas de becas, los organismos de Ciencia y Técnica (CyT) de Argentina incorporan a jóvenes graduados universitarios de todas las disciplinas y regiones del país para promover su formación de postgrado (maestrías y doctorados) y postdoctorado, tanto en instituciones nacionales como del exterior. En el ámbito del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas), por ejemplo, se denominan Becas de Investigación Científica y Tecnológica a los estipendios que, a título de promoción y sin implicar relación de dependencia actual o futura, el CONICET otorga para posibilitar la formación doctoral o permitir la realización de trabajos de investigación posdoctoral. (Reglamento de Becas de Investigación científica y tecnológica - Resolución Nº 243/01). Cabe agregar que los becarios no sólo completan su formación académica, sino que trabajan – con exclusividad, es decir, sin poder realizar ningún otro tipo de trabajo- en el desarrollo de sus investigaciones a fin de producir conocimiento científico.

Por lo general, la organización básica de un laboratorio de investigación correspondiente a las áreas de Ciencias Exactas y Naturales o Biológicas y de la Salud, consiste de un Director con uno o más becarios a su cargo. Éste puede eventualmente ser también responsable de un investigador asistente. En líneas generales los investigadores más jóvenes comienzan con uno o dos becarios doctorales y algún tesista de grado. Los investigadores formados, suelen tener grupos más numerosos de alrededor de 4 doctorandos o más, becarios post-doctorales y algún tesista de grado. En el área de las Ciencias Exactas, los becarios suelen desarrollar sus tesis dentro de un proyecto general del laboratorio, aportando con su trabajo particular al desarrollo de una idea más general. El trabajo implica la investigación en sí misma, en cuanto a desempeño del trabajo de campo o en mesada. Por su parte, los directores trabajan en una investigación más general, a nivel bibliográfico y desarrollo del proyecto macro, y son los responsables de conseguir el financiamiento del laboratorio. En el área de Ciencias Sociales los equipos de investigación funcionan de manera similar. Si bien no se necesita de un laboratorio donde realizar los experimentos y al carecer de espacio en los institutos de investigación, muchas veces los becarios y/o los mismos investigadores terminan trabajando en sus casas. Algunas veces también deben financiar sus propios insumos, viajes para congresos y seminarios de doctorado ya que no pueden pedir otro tipo de financiamiento.

Aunque la heterogeneidad del sistema de becas permite que cada institución otorgante establezca sus reglamentaciones, en la mayoría de los casos no se contempla el derecho a una obra social, jubilación, aguinaldo, vacaciones reglamentadas, licencias, antigüedad, seguridad e higiene laboral. Cuando se percibe un adicional en los estipendios para solventar un sistema de salud privado, éste resulta por demás insuficiente. Los años destinados al trabajo de investigación no son computados a efectos de una futura jubilación o pensión. No se prevén licencias por enfermedad o accidente y, en muy pocos casos, por maternidad y paternidad. De ser autorizadas, la duración de las vacaciones se encuentra a voluntad del Director. El tiempo trabajado -incluyendo el que se destina a docencia- no es contemplado como experiencia profesional. No existe un mecanismo que ajuste el estipendio percibido en función de una escala o indicador formal. Se presentan situaciones disímiles respecto tanto de las tareas a desarrollar como de los derechos y deberes, al punto que los becarios pueden tener que asumir responsabilidades que no le competen, con lo que se encubren situaciones de dependencia laboral e irregularidades entre la estructura de tareas y las correspondientes remuneraciones.

Actualmente un aspirante a doctorando cumple con la figura de becario CONICET por el período de 5 años (la situación es similar para becas otorgadas por otros organismos de CyT). Luego de obtener el título de doctor puede aspirar a becas posdoctorales por el término de 2 a 3 años. Esto nos dice que una persona que quiera formarse como investigador debe atravesar –de forma voluntaria- entre 7 y 8 años de beca, sin reconocimiento alguno como trabajador de la ciencia.

La precarización laboral en la que se encuentra inmerso el becario implica, además, percibir un estipendio (no un salario, dado que no es reconocido como trabajador) que apenas supera el 50% del valor de la canasta familiar y que es inferior al de la mayor parte de los trabajadores estatales o municipales que trabajan la misma cantidad de horas.

Este trabajo precario genera el desplazamiento y reemplazo del personal técnico o personal de apoyo de los institutos, trabajadores en blanco, por becarios que trabajan en negro y que dejan de lado las tareas para las que fueron becados, “la formación”, para desempeñar, de modo más económico para el sistema, el papel de aquellos trabajadores a los que desplazan.

Por otro lado, los becarios argentinos no tienen voz ni voto en la gran mayoría de los órganos de gobierno de los organismos de CyT nacionales, limitando en gran medida la oportunidad de discutir los puntos arriba mencionados en los ámbitos de toma de decisión e imposibilitando su participación en la definición de las políticas académico-científicas de los institutos de CyT. Estos últimos, más se encuentran destinados a cumplir un papel seguidista de las políticas científicas internacionales que a concretar un desarrollo científico crítico y articulado que permita orientar a nuestra ciencia, no sólo a la generación de conocimiento y tecnología, sino también a su implementación concreta en la resolución de problemáticas sociales.

Puedes encontrar un informe más completo aquí

Page last modified on Friday 24 de October, 2008 02:09:38

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